Una jungla gobernada por salvajes eso es Nicaragua.

El Procurador General de la República, Hernán Estrada, a raíz de la condenable agresión al periodista Nicolás Berríos. En forma repetida, y con un tono de grave advertencia, Estrada nos puso en autos de que “si el comandante Daniel Ortega dispusiera llamar a las calles (a sus seguidores) no quedaría piedra sobre piedra sobre ninguna emisora y sobre ningún medio de comunicación que lo adversa”. A continuación Estrada agradeció a Dios, y a la serenidad de Ortega, que esto no hubiese sucedido.

Las palabras del Procurador Hernán Estrada son un reconocimiento explícito de la filosofía política de quienes nos gobiernan y del tipo de régimen que se está gestando. Ellas aluden claramente a la presencia de un jefe de gobierno que no tiene por freno más que su propia voluntad. Es decir, que basta que por un momento el presidente pierda el control de sus pensamientos y la serenidad, o decida golpear duro, para que vivamos la noche de los cuchillos largos, o la de los cristales rotos, ordenadas por Hitler.

Estrada no exageró para asustar. Si Daniel Ortega ha hecho el funesto llamado imaginado por el Procurador, hordas de turbas con palos, machetes y gasolina hubiesen dejado en escombros a todo medio opositor, y quizás algunas personas, sin que nadie lo pudiese evitar. Y téngase la certeza absoluta de que ninguno de los hechores terminaría tras las rejas.

Al pueblo nunca lo engañaron; los turbas CPC son fuerzas de choque, completos vagos sin oficio ni beneficio que están dispuestos a incluso matar, inadaptados sociales eso nadie lo duda. Ya se descararon completamente; en la mañana te venden frijol barato y por la noche te atacan con pistolas, morteros, machetes (con filo nuevecito e igualitos), con garrotes, con piedras, con danielitos y demás. Esos son los "amorosos" rezadores, violentos asesinos de este gobierno infame, asesino y déspota.

A propósito de la marcha de hoy copio lo publicado por el padre Eslaquit el domingo en La Prensa.
El escrito se titula RESISTENCIA: "Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso , contra los espíritus del Mal que están en las alturas. Por eso tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido en todo, manteneros firme. !en pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos por la Justicia como coraza, calzados los pies con el evangelio de la PAZ, embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar con el Todos los encendidos dardos del maligno. Un soldado de Cristo permanece en la confianza que debe seguir luchando por un mundo mas Humano". El Padre finaliza con la canción de Mercedes Soza ..."que no calle el cantor, porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime; no saben los cantores de agachadas, no callarán jamás de frente al crimen"